Cartel de la exposición 'La mujer en la Guardia Civil'
En este reto en el que se debe hablar de la historia de alguna mujer la cual, a pesar de haber tenido gran notoriedad en su época, ha caído en el olvido. En mi caso debo hacer referencia a varias mujeres, más concretamente a 197 mujeres, esas valientes que decidieron emprender la carrera militar en el seno de la Guardia Civil, esa primera promoción que acogió mujeres las cuales decidieron en aquel año 1988 emprender el rudo camino de la Guardia Civil.
Esas 197 valientes que debían convivir con otros 2.748 alumnos, ellas tan solo representaban el 8,26% del total de los efectivos que se encontraban en las academias de Úbeda y Baeza, un lugar donde hasta entonces solo acogían hombres, esas mujeres debieron demostrar su valía por encima de los hombres sin vacilar ni tener ningún signo de flaqueza, por muy duro que fueran los entrenamientos o los desprecios de los compañeros e instructores.
La formación duró 9 largos meses, desde mediados de septiembre hasta mediados de junio, en las que aprendieron orden cerrado, para poder desfilar, orden de combate, para poder combatir, ya que debían conocer las técnicas de combates para poder usarlas contra elementos terroristas como la organización terrorista ETA o los GRAPO, además de otras asignaturas como manejo de las armas, con sus respectivos ejercicios de tiro, código penal, ley de enjuiciamiento criminal, ley de caza, ley de montes…
Es importante contextualizar el periodo en el que ocurrió este hecho, hasta 1975, tan solo 13 años antes, las mujeres no podían abrir cuentas bancarias sin autorización de sus maridos, padres o incluso hijos, por lo que los compañeros e instructores miraban con recelo la incorporación de la mujer en la Guardia Civil, ya que hasta el momento la cultura popular impedía pensar que la mujer pudiera desempeñar las mismas funciones que los hombres.
Tras finalizar el periodo de academia, iniciaron sus andanzas por las unidades territoriales, donde acabaron realizando las practicas en puestos de la Guardia Civil, los cuales no se encontraban preparados para la entrada de la mujer, no existían estancias diferenciadas en los acuartelamientos, solo existía un vestuario y un baño para todos los componentes del acuartelamiento, no podían tener apenas intimidad en los cuarteles, además llegaron solas, repartidas por todo España sin tener ninguna compañera con quien compartir sus problemas o preocupaciones, además de encontrarse en un ambiente rural donde muchas veces los ciudadanos las menospreciaban por ser mujeres.
Por todo ello esa primera promoción donde se acogió a la mujer por primera vez en la Guardia Civil abrieron la puerta a las 6.665 mujeres que se encuentran actualmente trabajando en la institución de la Guardia Civil, en mi opinión esas mujeres son unas auténticas heroínas.
Solo han pasado 35 años desde la entrada de la mujer en la Guardia Civil, pero los cambios y avances sufridos y conseguidos para su total inclusión como un miembro indistinto de la institución son inequívocos de que todos los miembros del instituto armado, queremos la plena integración de la mujer.
Fuentes:
Comentarios
Publicar un comentario